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19 de Abril de 2012

Fuente: elpaís.com

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El Ministerio de Economía, el de Hacienda y el Banco de España están recibiendo múltiples propuestas sobre cómo sacar de los balances los activos inmobiliarios para despejar las dudas sobre la solvencia del sector. Este tema está detrás de la depreciación bursátil de los bancos.

Ayer, el director de Regulación del Banco de España, José María Roldán, realizó una presentación sobre la banca ante un centenar de analistas financieros y este asunto fue el tema estrella. Roldán se preguntó sobre la conveniencia de separar estos activos del resto del negocio.

El supervisor niega que esto sea el germen de un banco malo. Su idea es agrupar los activos del ladrillo, previamente provisionados, y separarlos en una sociedad inmobiliaria para que lo gestione un experto. Algunos analistas consideran que puede ser similar a lo que se hizo en Suecia en la crisis de los años noventa. En aquel caso, la banca y el Gobierno de Estocolmo capitalizaron parte de esta sociedad, donde colocaron los activos dañados por valor de 2.750 millones. Los gestionó un experto y, al final, los contribuyentes perdieron 1.650 millones.

Roldán dijo que se podrían incluir los activos problemáticos, cubiertos en un 80% en el caso del suelo y al 65% si son viviendas en fase de desarrollo.

La ventaja de esta operación, según Roldán, es que “eleva la claridad” sobre la parte de los balances más estigmatizados por los expertos internacionales. También que centra la gestión de los banqueros en su negocio habitual, olvidándose de la pesadilla que supone ser una inmobiliaria.

El problema puede ser que, antes de pasarlos a una sociedad, los activos deberían ser tasado otra vez y eso puede exigir más dotaciones. ¿Quién las pagará?

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