13 de Junio de 2011
Fuente: Información.es
Encontrar trabajo e irse a vivir solo supone, paradójicamente, uno de los mayores dramas para los jóvenes españoles. Sólo la mitad de los valencianos consigue hacerlo, el resto, siguen viviendo con sus padres.
La falta de trabajo, la precariedad en los contratos o el elevado precio de la vivienda obliga a la mayoría a seguir estudiando y, a aplazar la decisión de marcharse de casa.
De hecho, tanto se pospone esta decisión que los jóvenes valencianos empiezan a decidir marcharse de casa partir de los 30 años en adelante. En números hay 37.000 jóvenes de entre 18 y 24 años viviendo por su cuenta, 189.000 de entre 25 y 29 años y 372.000 los que tienen entre 30 y 34 años. Frente a estos últimos, 446.000 siguen viviendo en casa de sus padres y tienen más de 30 años.
Las cifras en la C. Valenciana al cierre del 2010 son mejores que las del conjunto de las comunidades autónomas españolas, sin embargo, poco esperanzadoras. Esta autonomía se sitúa al frente seguida de La Rioja o Baleares pero, la cifra no consigue superar el 50% de la población.
Los bajos salarios y el elevado precio de las hipotecas o los alquileres hacen que un joven deba destinar, en el caso de que quiera irse a vivir solo, entre el 30 y el 50% de su nómina a pagar la casa, lo que hace una misión imposible poder emanciparse.
En números rojos
En la C. Valenciana hay 1,1 millones de jóvenes. De ellos, 599.000 están emancipados. De estos números, las mujeres son las que lo hacen antes y son más de 333.000 frente a 266.000 hombres. Por si algo faltaba, la cifra es inferior a los números de 2009 y se ha reducido en un 7% el número total de emancipados.
De todo el conjunto, sólo 641.000 tienen trabajo, lo que se traduce en un porcentaje del 54,9% pero el salario que perciben por ello es descorazonador: los ingresos que tienen los jóvenes de entre 18 y 24 años no supera los 10.000 euros, entre 25 y 29 años no alcanza los 15.000 y entre los 30 y 34 años ronda los 16.000 euros en cifras brutas anuales.
Demasiado poco como para poder soportar una cifra media de 500 euros al mes por disponer de vivienda, según precio de mercado en hipoteca o alquiler. El 30% de los chavales está en paro, lo que significa que son más de 270.000 en esta situación. El otro porcentaje supone que el 15%, aproximadamente, sigue estudiando. La mejor alternativa para poder retrasar la entrada en el mercado laboral que no ofrece muchas expectativas y evitar acogerse a cualquier empleo en condiciones aún más precarias.
100.000 no reciben salario
De hecho, el tener un contrato no significa contar con un salario.
Ya que frente a los 641.000 jóvenes que tienen empleo, 100.000 no perciben por él ningún salario.
Las becas o las colaboraciones les mantienen ocupados aunque sigue contando, económicamente hablando, como un proceso de formación, sin prestación salarial. Aunque el precio de la vivienda ha descendido durante el último año hasta en un 10%, la emancipación sigue estancada.
Estudiar ante la escasez de empleos
El retraso en la edad de emancipación de las personas jóvenes en la Comunitat Valenciana va en aumento. Una posible explicación es que, ante las escasas expectativas de poder encontrar un empleo, los y las jóvenes optan por dedicarse a tiempo completo a ampliar su nivel de estudios, con lo cual postergan el momento de empezar a tener una fuente propia de ingresos salariales. Ello ha provocado uno de los mayores incrementos trimestrales de la población joven estudiante, que ha alcanzado al cierre de 2010 el 33,61%.