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17 de Julio de 2013

Fuente: Real Estate Press, S.L.

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Es como si el Estado y los bancos hubieran decidido que las viviendas sigan costando lo mismo para el comprador, pero el que el vendedor las enajene a menos precio,  y ellos se quedan con la diferencia.

La desaparición de las desgravaciones fiscales en el IRPF ha supuesto pasar de un esfuerzo financiero del 27% a un 33% sobre la renta del hogar. Para una adquisición de una vivienda, que se financia en un 80 por ciento con una hipoteca, el efecto de tal desaparición es como si su precio se hubiera incrementado en un 21 por ciento, según se deprende del último informe de RR Acuña y Asociados.

Por otra parte, el incremento del IVA ha pasado del 4% al 10%, resultando que los cambios fiscales han encarecido la vivienda un 27 por ciento.

Además, las familias españolas han experimentado una caída de sus rentas desde 2006, que RR Acuña cifra en el 20 por ciento para ese periodo.

Finalmente, las hipotecas que ofrecen los bancos en la actualidad son mucho más caras que hace cinco años. El tipo de interés que las entidades han estado aplicando a las hipotecas sobre vivienda se ha situado en torno al 4,5% en los meses de marzo y abril de 2013, situando el diferencial sobre el Euribor en el cuatro por ciento. De hecho, este encarecimiento hipotecario ha sido tan intenso como para provocar que comprar una vivienda en 2011 o en 2012 costase lo mismo que un año antes. Es decir, quien decidió esperar a que los precios de la vivienda siguiesen cayendo ha visto cómo esa caída ha quedado totalmente anulada por la fuerte subida de los diferenciales.

Si al mayor tipo de interés se añade  la pérdida de las desgravaciones fiscales y la subida del IVA, el esfuerzo requerido para la compra de vivienda será mayor e unos años, porque van referidos además a unas rentas familiares más bajas.

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