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01 de Julio de 2014

Fuente: cincodias.com

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Coincidiendo con las noticias cada vez más favorables que llegan de casi todos los sectores de la economía española, el Instituto de Estudios Económicos (IEE) y la Asociación de Promotores y Constructores de España (APCE) presentaron ayer su análisis del mercado inmobiliario tras seis duros años de crisis. La perspectiva es positiva porque ambas organizaciones coinciden en que también en el ladrillo lo más duro de la recesión ha pasado.

Hasta tal punto es así que el presidente del IEE, José Luis Feito, y el máximo responsable de los promotores, José Manuel Galindo, coincidieron en pronosticar que si la mejora de la coyuntura general perdura, en 2015, pero sobre todo en 2016, los precios de los pisos volverán a subir y podrían hacerlo “de manera brusca”, aunque eludieron cuantificar esa revalorización.

No obstante, ambos admitieron que durante este año los precios inmobiliarios todavía sufrirán un ajuste adicional de otro 10% en algunas zonas; al igual que matizaron que los incrementos futuros no serán homogéneos en todo el país.

¿De qué va a depender que se registren esas subidas de precios?

Básicamente de que mejoren los dos grandes factores que influyen en la compra de una vivienda: empleo y crédito. Si a eso se le une el aumento de la confianza de los inversores extranjeros, España volverá a ser atractiva para la mayoría de compradores extranjeros y ello contribuirá a drenar el stock de casas que este estudio cifra entre 477.000 y 560.000 inmuebles.

De esta manera, estos analistas presagian que la demanda de vivienda continuará débil mientras no se acelere el ritmo de creación de empleo y disminuya la deuda de los agentes económicos. En el momento en que se consolide la mejora, la demanda potencial que aplazó su decisión de compra, se reanimará.

Otra de las conclusiones a las que llega dicho informe es el hecho de que el sector ya no volverá a ser lo que fue durante el último boom. Así, mientras en 2008 la construcción llegó a representar el 21% del PIB, el año pasado supuso poco más del 12%. El desplome se debe, fundamentalmente, a la contracción de la edificación.

Asimismo, el estudio pone de manifiesto cómo el ajuste del sector inmobiliario está afectando a la recaudación tributaria y, en especial, a aquellos tributos más ligados al ciclo económico.

De hecho, los ingresos derivados de las actividades inmobiliarias representaron, en 2012 (último año para los que se dispone de información homogénea) el 2,4% del PIB y supusieron el 12,5% del total de la recaudación tributaria

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